Esta semana en El Chico Turquesa tenemos otro propósito de esos que pensaréis «vaya toalla este que ya no sabe de qué escribir». Quizá tengáis razón.
Sé que hay gente que piensa que dedicarle una calle en Madrid a La Veneno es exagerar porque ella en vida nunca hizo nada. Pero creo que su rollo no era ir de Activista: La Veneno era una estrella, no iba de abanderada de nada ni de nadie. Su legado fue otro. Ella hizo algo que fue más allá: ella dio visibilidad a un colectivo estigmatizado e indefenso que no trabajaba ni comía si no se prostituía porque, y como diría uno de los personajes trans de POSE, una trans lo tiene jodido porque después de todo: » ¿a quién crees que va a creer la policía si te metes en problemas?»
La entrada de hoy va de un propósito simple como el mecanismo de un retrete. Si estás al borde del confinamiento y eres de esos devora-series, te recomiendo hacerte una maratón con la serie VENENO de A3 Premium (no, estos cabrones no me patrocinan ni saben que existo). Los Javis – los directores de la serie – tampoco me patrocinan, pero no me importaría que me invitaran a unas cañas. Estos chicos deben tener una conversación apasionante.