El domingo 04 de marzo de 2018 la película chilena “Una mujer fantástica” ganó el Oscar a mejor película extranjera. La protagonista de esta película es Daniela Vega, una ahora famosa actriz transexual chilena. La película plantea el conflicto de una pareja en la que uno muere y el otro, la pareja transexual, debe luchar contra una sociedad (y una familia política) que le niega el derecho a despedirse de su ser querido. La historia parece simple, pero aún hay trogloditas personas que no llegan a entender algunos conceptos básicos del ser humano.
Tabla de contenidos
Conceptos super básicos
- El amor: no hay manera, no lo ven. Están ofuscados con la idea de que ellos son los que tienen la razón y no ven más allá. Sólo ellos saben lo que es el amor y el resto del mundo está equivocado (te lo juro por Snoopy). Sí. Aún hay gente en el medioevo que dice que el amor debe darse entre hombre y mujer apoyándose en un libro escrito hace miles de años. Pero es que llegan a tanto que llegan a anular su propio criterio, porque en sus corazones saben que no va con ellos si ven a una pareja del mismo sexo dándose un beso. Al parecer una zarzaparrilla ardiendo les ha dicho: “vas a volverte supergay por ver a dos homosexuales besarse… booo, booooo, y tus hijos y tus nietos también lo serán booo booo”. Si así fuera no entiendo cómo no se volvieron tontos cuando fueron al cine a ver “2 tontos muy tontos” de Jim Carrey.
Otros dicen: “¡Ay qué asco, que mis hijos no vean eso por favor!” pero luego en casa no les importa que sus críos se metan un viaje de the Walking dead. ¡Hala, sangre y vísceras por doquier!” Y esto les parece fenomenal chic.
Incluso otros dicen: “Los homosexuales son todos unos enfermos” (¡esta me encanta!) porque, si estoy taaan enfermo, mañana no voy a trabajar y me pido una ayuda del Estado como muchos otros que le echan cuento.
- La igualdad: todos los seres humanos somos iguales independientemente de nuestro color de piel, religión, nacionalidad o tendencia sexual (todos menos Urdangarin ya sabéis). A menos, claro, que vivas en Santiago de Chile (donde últimamente les ha dado por perseguir inmigrantes haitianos), o en el barrio de Chueca de Madrid (que de vez en cuando algún energúmeno le da por darle una paliza a un homosexual), o en Rusia o Afganistán (donde parece que te pagan un plus por ser ignorante). Pero, tranquis, estas cosas también pasan en NYC. No son cositas exclusivas del 3er mundo, guapis)

«Si, chato, en el mundo hay gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y pansexuales. Supéralo ya»
Total, que lo que acabáis de leer es un ejemplo de intolerancias hacia el colectivo LGTB. Sí, he puesto colectivo, pero da igual si es contra los homosexuales o contra los alérgicos al gluten, o contra las tías que usan minifalda o contra los tíos que se dejan barba porque lo mismo a alguien le puede molestar si la tienen muy cuidada y lo mismo les tratan de hipsters o algo peor.
Respecto a las personas del colectivo LGTB (personas, sí, personas) hay incluso ¡Oh, sorpresa!, ¡algunos que tienen buenos trabajos, pagan impuestos, tienen hijos y/o saben conducir! ¡Madre del amor hermoso, este mundo se va a la mierda!. Me han dicho que alguno ha llegado incluso a ser alcalde de Berlín (ni Chimbarongo ni Tomelloso, no, Berlín). Eso debe ser que allí valoran a las personas por sus capacidades, no por su tendencia sexual. Otros me han contado que tienen profesiones de todo tipo como: médicos, arquitectos, ingenieros, diseñadores, peluqueros, taxistas, comerciantes, profesores, carniceros, camioneros, actores e incluso políticos – no contéis aquí a Javier Maroto -, no reírse de él, probe.
Pasando a otro tema: siempre me pregunto ¿qué pasa por la cabeza de un intolerante que ve a una parejita gay de la mano como para meterse con ellos?. Pienso: “¿Qué pasará por su cerebro simiesco? ¿Qué creencias tendrá? ¿Pensará que hace un bien si se mete con ellos o si les agrede? ¿Pensará en el resultado del partido del finde mientras le mete una paliza a uno? ¿En que al día siguiente llevará a sus hijos al cole para que no acaben siendo como él? ¿O preferirá que se eduquen del mismo modo? ¿Podrá dormir? ¿Rezará un Jesucito de mi vida antes de irse a la cama? No sé, ¿en qué creerán? ¿Que uno se ha pedido el día libre pa que vengan a reírse en su cara? ¿Que pagar impuestos les da derecho a agredir a dos mariquitas al mes? ¿Creará que nuestra contraseña del Windows es alienigenamariquitamarcianomaricon? ¿Se creerán que nunca les saldrá al camino un maricón de dos metros que les reviente todo lo que se llama cara o le cruja las piernas como si fuera una patata frita?
Tipos de intolerancias
Hay muchos tipos de intolerancia, no sólo a los homosexuales, por eso ¿cómo saber si eres intolerante? Pues según Pablo Morano, un experto en crecimiento personal, hay que hacerse las siguientes preguntas a sí mismo.
- ¿Eres de esas personas que rechazan lo distinto?: por ejemplo vas por la calle y ves pasar a una chica con el pelo fucsia, ¿te quedas mirando con cara de asco? Otro ejemplo muy tonto: hace mucho tiempo un amigo me contó que en pleno Gran Vía un chico se quedó mirando a un grupo de negros del top manta y que exclamó: ¡mira, un negro! Pues uno de ellos le respondió: ¡mira, un blanco!
- ¿Descalificas ideas ajenas, incluso llegando a ningunearlas?: esos son los típicos que opinan – sin detenerse a pensar – que cualquier idea que no hayan tenido ellos es una soplapollez (síndrome de “Me creo Einstein, pero no me da tiempo a lanzar mis ideas así que os condeno a una vida sin mi talento”)
- ¿Eres de los que se molesta porque personas con opiniones diferentes a las suyas tienen más oportunidades de expresarlas? (quizá si fueras más productivo – en vez de pasar el día quejándote en Twitter- te iría mejor en la vida, chato. Y lo sabes)
- ¿Consideras que todo el mundo debería pensar como tú?: ¡Mira, un fundamentalista islámico!
En función de lo que hayas respondido será tu grado de intolerancias a algo. No vamos a poner numericos porque confío en que todos sabemos por dónde van los tiros.
Total, que tranquilidad ante todo, churris, que aquí hemos venido a tratar el tema de la intolerancia en general y, nos guste o no, todos tenemos un punto. Así que nada, vamos a partir haciendo una relación de intolerancias que podamos tener, con un puntito gracioso – que si no nos queda el post más pesado que un disco de Bertin Osborne.
¿Cómo son los intolerantes?
¿Cuáles son las características más comunes de un intolerante? ¡Pues vete tú a saber!
- Es un fanático religioso: Como el Pastor Soto de Chile (probe). Bien, un fanático de este tipo se nubla el entendimiento a tope, Makoke. Cuando discute cree profundamente que él tiene la razón y de qué va repartiendo por el mundo su mensaje a los infieles. Además tiene la desfachatez de soltar que tú estás equivocado, que te vas a condenar al infierno (aunque el tema sea la receta de unas galletitas) y que va a rezar por ti el día del juicio final (que pa mi equivale a cualquier noche en que pongan en la tele algún reality de niños cantantes donde la del jurado sea Rosario Flores y Bisbal). Tranquilo, nosotros rezamos por ellos para que el Señor les premie con un cupón para una limpieza dental.
- Es un fanático político: como les digas que votas la izquierda (o a Podemos) se rasgan las vestidura, se arañan pa’rriba, te imaginan con el palestino al cuello y piensan que no te has duchado en 3 días. También el caso contrario: como digas que votas a la derecha, imaginan que tu fidelidad al partido es producto de una lobotomía, que eres capaz de vender a tus hijos para que tu partido gane las elecciones, que estás más ciego que uno de Corea del norte y que eres un filántropo de esos que no pueden comer de ná. Y no, votar a la derecha no es ser facha, sino echad un vistazo a las juventudes del PP…
- Es un fanático deportivo: estos son los peores porque se escudan en una multitud enfurecida. Son los mismos que tienen críos, les llevan a los partidos, y ni se cortan si tienen que darse de hostias con otros padres por un penal, aunque estén sus críos mirando. Son los mismos que se bajan al bar a ver el Osasuna, el Real Madrid, el Rayo, el Sporting, el Sevilla o al equipo que sea – porque da igual el equipo si eres energúmeno – y se lían a lanzarse los botellines de cerveza y las cortezas de cerdo como haya alguno que sea del equipo contrario (y como tengas la mala suerte de que coincidan allí sus colegas delincuentes lo mismo acaban tirándote al Manzanares)
- Es xenófobo: ¡Ah, sí, estaba olvidando este espécimen que es muy cuqui! Puede que corresponda a ese ciudadano italiano que sonríe en silencio porque a los rescatados del mediterráneo les enviaron comida caducada, o ese chileno ahqueroso que opina que los haitianos van a quitarles el trabajo (y no se dan cuenta que quien les quitó el trabajo es una persona sin papeles, sin idioma, sin estudios pero con muchas ganas de superarse… o sea que si te quita el trabajo un haitiano es que tú eres un mierda fuckin’ looser), o esos malagueños que antes de la crisis decían que no querían curros de camarero porque eso era de “panchitos” y luego, en plena crisis, tenían la jeta de decir: “¡El trabajo pa los españoles, hostia!” (un aplauso desde platea para ellos por favó!)
- Es intolerante musical: aquí me meto yo pero de cabeza sin lugar a dudas, porque yo me creo el scrum master mundial y detesto (si, detesto) a los cantantes y las bandas que se creen que sus fans son idiotas. Ejemplos (¡uf, que a gusto me voy a quedar, Mari Pili!)
- La Ley: cuando sacaron su disco “Vértigo” en el 98’s estaban convencidos que lo iban a petar sólo porque lo habían grabado en NYC. Esta banda estaba convencidísima que sus fans eran pelotudos o que venían bajándose del caballo. Es lo mismo que cuando un azafato del aire (cabin crew mmmm, si, mmmm, me toco…uhmmmmm… si) le cuenta historias a sus amigos – en tono condescendiente como si fueran una tribu de macacos que nunca ha montado en avión – que, cuando en España es de noche, en NYC está atardeciendo. Mongolos to the power.
- Metallica: cuando sacaron el disco “Load” casi se fueron a pique porque después de los discos “… and Justice for all” y el “Disco negro” parece que se habían propuesto hacer música más pop. Fue tan estruendoso el hostión que se metieron que, apenas un año después, sacaron “Reload” (¡madre mía, qué originales!) donde incluían una cancioncita llamada “The unforgiven II” (2ª parte de aquella obra de arte llamada “Unforgiven”). Que no, que se les vio el plumero mogollón y, lejos de mejorar, insistieron en seguir cagándola al posicionarse contra NAPSTER y la descarga gratuita de música (¡uy quién iba a imaginar que unos heavies les iba a gustar tanto, tanto, tanto el dinero… ¡I can’t believe it, Cathy Mari!)
- En el caso de España: cualquiera de los chicos de Operación Triunfo, porque se les ve que en el proceso creativo no aportan ni les dejan aportar. Pocos han despuntado: Manuel Carrasco es un pedazo de artista, moñas, pero un pedazo de artista. Bisbal que tiene varias canciones que son buenas “construcciones pop” y Pablo López que con el dueto con Juanes es lo puto mejor, pero poco más. Y con esto no digo que no tengan buenas voces, porque la tienen, pero el resto no da con la tecla porque saben que en sus composiciones no hay riesgo ni nada. Su error es que crean buscando gustar y eso, Mari, está más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudao.
¿Y ahora cómo le ponemos al niño?
¿Y cómo ser menos intolerante? (Si quieres, claro, porque si estás cómodo siéndolo, pues tú mismo con tu mecanismo que lo mismo eres de los que defiende a “La Manada”, la política de Trump o las cajas B de cierto partidico y ya te hemos perdido como ser inteligente). Pues para llegar a ser menos intolerable hay que hacer lo siguiente (eso dicen porque a mí me ponen un disco de Bustamante y me vuelvo integrista total, como cuando veo fotos de Alaska con Esperanza Aguirre)
Pues al lío. Se recomienda:
- Viajar más: si chato, si no has despegado el culo de tu ciudad, es normal que veas todos los días a la misma gente: los del bar hablando del Mundial de Rusia, los de la tienda hablando del clima, los del curro hablando de tal o cual cliente y/o la familia hablando de que el niño no me come na. Normal que te atontes, te embrutezcas y te aturrulles cuando ves u oyes a alguien por la calle distinto a ti. A ver, con esto no quiero generalizar porque hay gente que nunca ha viajado, pero que luego es muy abierta de mente y está llena de amor, pero es menos normal de lo que nos gustaría.
- Comparar: al viajar es inevitable no comparar lo que hemos visto con lo que tenemos y quieras que no, se aprende a valorar lo que tienes (especialmente si viajas a EEUU donde la sanidad cuesta un ojo de la cara) o a desear lo ajeno (especialmente si viajas a Islandia donde han logrado meter entre rejas a banqueros y políticos chorizos)
- Leer más: leer mucho viene bien. Te abre la mente y, aunque los de “Hombres, Mujeres & viceversa” piensen que les va a dar una embolia si leen, leer no hace daño; todo lo contrario, abre la mente y la prepara para ver otros mundos.
Pues nada querido amigo intolerante, te incluyo algo más de información que te vendrá bien si te apetece aprender a gente ser más tolerante y menos intransigente.
Últimas ideas para un mundo menos intolerante
- La tolerancia radica en el respeto a los demás. En otras palabras, si trabajas en un periodicucho no pongas de titular que Daniela Vega está hasta los huevos de dar entrevistas, porque te retratas como lo que eres: un medio intolerante y ordinariote. Todo mal.
- No puedes controlar los pensamientos de los demás. No, no eres Doctor Strange ni una persona con poderes mentales porque tu religión lo mismo no te lo permitiría…
- No tienes por qué juzgar lo que el resto piense. En otras palabras a ti qué coño te importa que la vecina se haya vestido de huevo kinder sorpresa para ir a una boda.
- Relájate. Si vas a discutir tus puntos de vista, que sea desde la posición de entendimiento, no para convencer a los demás porque principalmente nadie te lo ha pedido (bueno, quizá Mahoma te ha enviado en misión especial y en tu mente eres el que va a limpiar la faz de La Tierra de infieles, cada loco con su tema). Tienes que entender que los demás no tienen por qué pensar como tú y que tienes que estar abierto a otros puntos de vista, cavernícola de pacotilla.
- Aprende a separar: si tus amigos piensan distinto a ti, y no te gusta, que no vayas a acabar más solo que la una. Cuidado ahí que la gente tiene la tendencia a aislar a los
pelotudosintensos. - Y lo más importante: tú no tienes por qué cambiar tu punto de vista a menos que veas otro que te parece más correcto. Esto es una verdad como una catedral. Ante todo, como decía Mike Patton de Faith No More, «las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos uno» (pero no nos pasemos)
Y poco más, queridos.
Nos vemos en el próximo post donde hablaré de un nuevo propósito (raro donde los haya) sobre Aprender a entender el FÚRBOL (sí, el fúrbol) así que prepararos que nos vamos a quedar a gusto todos aquellos a los que nos interesa na y menos la vida de Cristiano y Messi, el otro y el de la moto.
¡Un abrazo!
Responsable: Francisco Barrera Cortes (servidor)
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