n mi post “Cómo planificar propósitos”, os hice una relación de propósitos a cumplir, entre ellos leer más. Esta semana os hablo de otros libros ver si os animáis.
¿En cuál había quedado? ¡Anda! ¡En algún lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme!
Tabla de contenidos
- 1 “El Quijote de la mancha” (Miguel de Cervantes)
- 2 “La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada” (Gabriel García Márquez)
- 3 “Pedro Páramo” (Juan Rulfo)
- 4 “Los hijos de Sánchez» (Oscar Lewis)
- 5 “Las uvas de la ira” (Jhon Steinbeck)
- 6 “Adiós mariquita linda” (Pedro Lemebel)
- 7 “Los zarpazos del puma” (Patricia Verdugo)
- 8 «Los corderos del Señor” (Yasmina Khadra)
- 9 “El muro” (Jean Paul Sartre)
- 10 “La reina Isabel cantaba rancheras” (Hernán Rivera Letelier)
- 11 “El cielo protector” (Paul Bowles)
- 12 “Escuela de Glamour” (Shangay Lily)
- 13 “Quiérete mucho, maricón”
- 14 “En mi cuarto” (Guillaume Dustan)
- 15 «Libros que NO me pienso leer»
“El Quijote de la mancha” (Miguel de Cervantes)
Mucha gente piensa que El Quijote es un coñazo de libro, pero para mí resultó divertidísimo: imaginad a un loco que recorre La Mancha, con su fiel escudero gordinflón que le adora y en busca de Dulcinea, una aldeana bastante vulgar a la que tiene idealizada. Animaros con el Quijote, tiene una parte donde Sancho le lleva un poema escrito por Don Quijote a Dulcinea y acaba siendo algo parecido al teléfono descacharrado.
Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es utopía ni locura, es justicia.
“La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada” (Gabriel García Márquez)
Sé que os esperabais que citara “100 años de soledad”, pero no. A ver, lo leí, pero me sorprendió mucho más este y sus tres personajes principales: la niña Eréndira condenada a prostituirse para pagar su deuda a su abuela, el noviecito traficante de diamantes que intenta liberarla quemando viva a la abuela y dejándola pelona y claro: la abuela, aquella vieja puta que recorría el país con su nieta a cuestas y ese final liberador, en plan “Atracción fatal” y esa abuela que no muere y esa niña que escapa de la abuela, del novio, de las putas naranjas donde escondían el contrabando de diamantes, y de todo, corriendo por la playa para perderse por siempre jamás. Intenso, este libro es intenso como un fan de Eurovisión.
Tienes ropas de reina, una cama de lujo, una banda de música propia, y catorce indios a su servicio. ¿No te parece espléndido? Cuando yo te falte, ni quedarás a la merced de los hombres, porque tendrás tu casa propia en una ciudad de importancia. Eréndira contestó, cómo siempre: Sí, abuela.
“Pedro Páramo” (Juan Rulfo)
Lo leí con 16. Yo creo que lo leí hasta el final sin darme cuenta de lo que estaba leyendo. Sólo podía sentir lo que sentía el protagonista: la boca seca, buscando por el mundo a mi padre, cubierto del polvo del camino, la piel seca, las manos partidas, descalzo. Esto es Pedro Páramo. La melancolía de Comala sólo es comparable con la de Macondo, el pueblo de 100 años de soledad.
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo.
“Los hijos de Sánchez» (Oscar Lewis)
Inauguré mi entrada a la facultad con este libro. Este es un libro particular: cuenta una historia contada por sus 4 protagonistas: los 4 hermanos cuentan la misma historia pero desde su punto de vista, entre ellos se critican, se arrancan los pedazos y vemos la misma acción bajo 4 prismas distintos. Creo que hay una película de Anthony Quinn y Lupita Ferrer (para quien haya crecido con los culebrones mejicanos Lupita es una ídola eterna). No he visto la película, pero creo que no me he perdido nada porque el libro es insuperable como sucede la mayoría de las veces (o al menos eso me pasó también con “La casa de los espíritus” de Isabel Allende: el libro increíble, pero la película, ni con Meryl Streep, Glen Close ni Jeremy Irons la pudieron remontar.. y encima estaba Antonio Banderas que, al loro Maripili, tuvo una época que vaya perra le entró con hacer películas basadas en libros de Isabel)
¿Los sindicatos? Nunca he pertenecido a un sindicato, pero mis amigos dicen que a uno lo pueden despedir en cualquier momento sin cesantía, porque los dirigentes sindicales y los patronos hacen arreglos entre ellos. ¿El gobierno? Los señores que nos gobiernan tienen carros lujosos y muchos millones en el banco, pero no se fijan abajo, donde el pueblo vive. Permanecen en el centro, donde están todos los almacenes de moda, pero en cuanto a los barrios donde vive el pueblo… bueno, ni siquiera conocen la vida miserable que llevamos.
“Las uvas de la ira” (Jhon Steinbeck)
Igual que el caso de “Los hijos de Sánchez”: tuvo película (y tampoco la he visto), pero con respecto al libro sólo puedo decir que es increíble leerlo y sentir el hambre que sienten los protagonistas cruzando el oeste americano.
Suponte que tú ofreces un empleo y sólo hay un tío que quiera trabajar. Tienes que pagarle lo que pida. Supón que haya cien hombres interesados en el empleo, que tengan hijos y estén hambrientos. (…) ofréceles cinco centavos y se matarán unos a otros por el trabajo.
“Adiós mariquita linda” (Pedro Lemebel)
Sí, tuve una época de literatura bastante politizada y andaba todo el día mosqueado con cara de que me olía el mundo a mierda haberme tragado la aceituna del cóctel. Comencé con “Adiós mariquita linda”, pasando por “Los zarpazos del puma”, “Los corderos de Dios, hasta llegar a “El Sha”. No fue una época muy zen, estaba enfadado con los partidarios de estos gobiernos criminales. Siempre pensaba “¿y estos que apoyan a Pinochet, o cualquier otro asesino, qué ganan apoyándole; es decir, Pinochet les envía por navidad un cheque regalo para gastarse en Falabella?. Nunca tuve una respuesta satisfactoria. Veía desempleo por igual, entre partidarios y opositores. No veía la diferencia. La gente es tonta. No hay más. Tenía 20 años, era la edad en que había que enfadarse y rebelarse y creo que era uno de los pocos gays chilenos que aún no habían leído la prosa de Lemebel. Esa manera de pintar al óleo al maricón pobre, sin horizontes, basureado y; sin embargo, siempre en búsqueda del amor entre las cloacas. En Chile había otros gays miserables como Jaime Guzmán, que estaba del lado de quienes le odiaban, pero Pedro no, él era crudo, honesto y escribía como le daba la gana. Le importaba tres cojones atolones el mainstream. Él hablaba por su diferencia.

Peor que la Dictadura, porque la Dictadura pasa y viene la Democracia y detrasito el Socialismo ¿Y entonces? ¿Qué harán con nosotros, compañero? ¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos con destino a un sidario cubano? ¿nos meterán en algún tren a ninguna parte?
“Los zarpazos del puma” (Patricia Verdugo)
No haré comentarios sobre este libro; sólo diré que habla sobre los crímenes de la Dictadura militar de Pinochet. Es un libro duro, no muchos se atreven a leerlo porque la descripción de los horrores es lo peor que leerás en mucho tiempo. Ni en Vietnam se mostró tanta crueldad entre hermanos.
En cada ciudad donde aterrizaba “el Puma” se sacaba de la cárcel a la gente de izquierdas más importante de cada municipio y se los masacraba» … a partir de ahí quedó claro que no había ley ni abogado que sirviera, y a los militares se les comunicaba que había comenzado la guerra sucia.
«Los corderos del Señor” (Yasmina Khadra)
O cómo darle por saco a tus vecinos, amigos y tu propia familia escondiéndote detrás de un malsano fanatismo político religioso. Una joyita todo lo que describe Yasmina (que en realidad no se llama así). El autor tuvo que ocultarse detrás de un nombre femenino para evitar represalias (y eso que vivía en París al momento de la publicación) ¡Qué chungos son los argelinos!, me recuerdan a la Junta Militar de Pinochet que mandaban incluso matar opositores como Orlando Letelier en territorio estadounidense. ¡Kim Jong-un es un bebé de pecho al lado de Pinochet que tuvo las pelotas de atentar en Washington!
Teníamos el país más hermoso del mundo y lo han convertido en una pocilga… Hay tres cosas que sería contra natura confiar a un ignorante. La fortuna, porque la sufrirá. El poder, porque tiranizará. La religión, porque perjudicará a los demás tanto como a sí mismo.
“El muro” (Jean Paul Sartre)
De este libro no recuerdo más que el título del último de sus cuentos “La infancia de un jefe” o de cómo llegar a transformarte en el hombre que deseas ser. Por aquel entonces seguía estudiando en la facultad y comenzaba a descubrir el tonteo en los chats (eran los 90’s). Un día de Diciembre, entre exámenes finales y búsqueda de trabajo temporal, me distraía haciendo planes para irme mochilear con tres perras (perras=$, no me refiero a 3 amig@s libertinas). Pero apareció Él. Perdí la cabeza. Tenía 27 años y me había enamorado por primera vez de un hombre que vivía al otro lado del país. Vosotros diréis ¡vaya tío tardón! Pues sí, tardé en saber qué era enamorarse de verdad, pero peor hubiera sido no haberse enamorado nunca. Hablé por teléfono con él durante unas semanas hasta el día en el que decidimos conocernos. Yo en aquel momento no razonaba. Si él me hubiera dicho que vivía el Mongolia, allí hubiera ido yo como un perro. Quedamos en que viajaría a Concepción porque yo estaba de vacaciones y, aunque él tenía casi la misma edad que yo, ya tenía un muy buen trabajo. ¡Estaba eufórico!, junté algo de dinero, me monté en un autobús a Santiago de Chile (a 16 horas de distancia) y de ahí tren, y más autobús y autostop y una micro hasta llegar al portal de su casa. Cuando toqué el timbre su voz me dijo “hola guapetón” y yo, bañado en lágrimas, subí las escaleras hasta su piso. En el camino intenté calmarme porque no quería que él me viera en ese plan, poco menos que con el ramo de flores y el anillo, arrastrado. No. No quería que pensara que era un inestable o una marica desesperada por tener novio. Fueron los días más felices de mi vida: por el día él se iba al trabajo y yo cogía mi cámara de fotos y recorría la ciudad. Él me recomendó “El muro” de Sartre. Aún lo recuerdo y, aunque con los años lo poco que hubo entre nosotros se fue a la mierda, me quedó el recuerdo de esos días en Concepción, en el culo del mundo, un piso medio vacío que olía a Eneldo, una colección de discos y un par de fotos que nos hicimos en la terraza de su edificio.
Una hora antes, un adolescente grácil e inseguro había entrado en aquel café. Era un hombre que de él salía, un jefe entre los franceses.
“La reina Isabel cantaba rancheras” (Hernán Rivera Letelier)
No sé si este libro o “Fatamorgana de amor con banda de música” es mejor. Para mí ambos son obras cumbres de mi compatriota Hernán Rivera Letelier. Hernán es un autor de Antofagasta, la ciudad donde crecí en el norte de Chile.
Imaginad por un momento cómo sería la vida en una salitrera, en el medio del desierto de Atacama, Tarapacá o cualquier otro: el desierto es el desierto. Imaginad que entre el polvo y la tierra seca crecen flores que son todos los personajes de Hernán, entre ellos “la ambulancia” (una puta alta y gorda vestida de enfermera), “La chamullo” (otra puta que no paraba de hablar) o “La Reina Isabel” (no por la Pantoja) que cantaba rancheras con una voz prodigiosa que fue la que le salvó de tener una vida sin pena ni gloria, o “La malanoche” o “La cama de piedra”. Dicen que las mejores fiestas del mundo se celebraban en las salitreras del desierto de Chile. Nunca estuve en ninguna de ellas (soy viejo pero a ver si os vais a creer que llegué a América montado en las Carabelas de Colón). Actualmente no quedan salitreras abiertas, a excepción de María Elena, y las pocas que quedan como Humberstone sobreviven al viento y al frío del desierto.
De este libro destaco la siguiente frase que de vez en cuando me gusta dedicar a los gandules y a los que van de batutas repartiendo trabajo en plan London rain (que por más que te protejas te va a salpicar igual):
Este es como el Capitán Araya: les embarca a todos y él se queda en la playa.
“El cielo protector” (Paul Bowles)
Este fue el primer libro que leí cuando llegué a España (Málaga). Tenía 28 años. Este libro me lo regaló una de las personas que más me ayudó en aquel momento: mi amigo Ilde. Era el libro perfecto. Paul Bowles era un escritor que recorría Marruecos con su esposa también escritora ¡Todo lo que yo quería hacer algún día!. Un día me enteré que la tumba de la esposa de Paul, Jane Bowles, estaba en el cementerio de San Miguel de Málaga y me pasé una tarde entera con ella en su tumba leyendo y fumando. Era mi manera de darle las gracias.
La gente de cada país se va pareciendo cada vez más a la de los otros. No tiene carácter, ni belleza, ni ideales, ni cultura, nada, nada.
“Escuela de Glamour” (Shangay Lily)
Conocí a Shangay en persona hace algunos años, pero muchos años antes ya sabía de él. Corría el 2002. Yo vivía en Málaga y a veces me liaba con Fran, un chico llamado como yo, sevillano, periodista. Una noche, después del cigarrillo, rebusqué entre sus libros y encontré un libro de Shangay Lily “Mari, ¿me pasas el poppers?”. Le pedí a Fran el libro que le autografió Shangay y no recuerdo la dedicatoria, pero yo que soy muy escritor para mis cosas, me gusta pensar que ponía algo así como: Para Fran. Jamás te folles a nadie que no tenga una buena colección de libros ni una buena colección de discos tirada por ahí. Jamás.”
Orgullosamente os las presentamos, así que como todos tenéis ganas de tocarlas y reíros con ellas, aquí están: ¡Chi chi Kamfor!, ¡Linda van Gélida!, ¡Elena Renstein!, ¡Naomi Framer! y la reina de todas, la de la tele, ¡Neumática! ¡Brava!, ¡No ha conseguido acertar ni uno…!
“Quiérete mucho, maricón”
Este es el último libro que he leído; es decir, he leído varios, algunos un verdadero coñazo como “MBA Personal” de Jodh Kaufman, pero el libro de Gabriel J. Martin me sorprendió porque se aleja de los dramatismos y te dice las cosas tal cual son. Es un manual de éxito para chicos homosexuales y, a pesar de tener un público objetivo tan definido, estoy convencido para cualquier persona que se menosprecie y se quiera poco. Es una patada en el culo que te quita todas las tonterías. De todos modos, yo nunca he sido de libros de auto ayuda, pero este autor te hace olvidar que se trata de un libro de este tipo (además tampoco me ha hecho mucha falta porque me quiero mucho: me he mudado dos veces de país, me he enamorado de quien me ha dado la gana, me he casado con mi esposo en España, tengo un buen trabajo, me siento querido por mi familia y amigos, tengo una vida plena y soy feliz… vaya, que cualquiera de esos que por ser distintos merecemos ser su basurero palidecería de envidia por todo lo que mis pelotas han he logrado)
Podrá existir algo más estúpido que creer que alguien podría elegir un “estilo de vida” que le pone en el punto de mira de todas las agresiones? Pues sí, hay gente que piensa que somos homosexuales porque lo elegimos.
“En mi cuarto” (Guillaume Dustan)
Me he dejado para el final este pequeño libro que leí cuando estaba aún en la facultad. A ver cómo lo explico: en Chile no hay prestación por desempleo ni asistencia sanitaria gratuita; pues en este libro se muestra la vida de un chico francés que compite con sus amigos a ver quién se contagia de VIH primero. Cualquiera pensaría “vaya mamarracha que no vale ni pa hacer un caldo” y tiene razón. ¡Cómo se puede ser tan oligofrénico!. Total, que lo que me llamó la atención no fue que en el libro el prota se tirara a todos los maricones de Paris, sino que el Estado le pagara las medicinas y las drogas. ¡Un chollazo! ¡vaya sociedad paga-gandules!
Ojalá todos tuviéramos ese valor. No solo me refiero al hecho de tenerlo para admitir nuestra condición sexual. Sino para acabar con todas esas cosas que nos aprietan en la vida y que nos ahogan poco a poco hasta hacernos pequeños y dejarnos sin voz. Un jefe al que odiamos, unos estudios que nos atormentan, una pareja a la que ya no queremos, un hobby que ha terminado por ser una tortura… Hay que tener valor.
Y ahora, para terminar, me gustaría acabar como la madre de Almodóvar, enumerando los…
«Libros que NO me pienso leer»
- “El gran Gatsby” (F. Scott Fitzgerald): ¿esta es la peli de Di Caprio que es como Gossip girl pero en los años 20’s?
- “Madame Bovary” (Gustave Flaubert): ¿Esta es la historia de la geisha enamorada de un marinero y que muere de tuberculosis?
- “Lolita” (Vladimir Nabokov): ¿de esta hicieron una canción una tal Alizee?
- “Matar a un ruiseñor” (Harper Lee): ¿Este es el libro en el que se basó la miniserie donde salía el protagonista de Shogun?
- “La República” (Platón): ¡Ay la virgen!, ni de coña.
- “A sangre fría” (Truman Capote): este sí que debería leerlo. Tiene periodismo y sangre. Suficiente para mí.
- “Paris era una fiesta” (Ernest Hemingway): A mí este mamarracho me da pereza. Sólo me lo imagino yendo a los toros en Pamplona y no le puedo tomar en serio. ¿es a esto a lo que llaman Percepción social regulera?
- “Azul petróleo” (Boris Eyzaguirre) ¿Quién se los escribe? ¿Carolina Herrera? Lo intenté. Leí diez páginas y lo dejé por mi salud mental.
- Ningún libro de Pablo Simonetti. Un aburrimiento de ser humano. Fui a una conferencia que dio en La Casa de América de Madrid, esperando encontrar a un escritor brillante, divertido, chispeante y me encontré a un coñazo de escritor que incluso hablando de su propia obra era más aburrido que un acuario de almejas. Menos mal que la siguiente conferencia la dio un colombiano que, en vez de aburrirnos con sus libros, nos contó que tenía 3 vacas a las que echaba mucho de menos y que todas tenían nombres de ex novias. ¡Eso es un verdadero escritor: alguien que con cualquier cosa crea una historia y ameniza una velada, ¡no un catedrático que parece que te está hablando de cálculo infinitesimal! Si no, mirad a Vargas Llosa que está con
Mis PorcelanosaIsabel Presley, ¿cómo creéis que la conquistó? ¿Contándole el proceso creativo de «La ciudad y los perros»?
Hasta aquí el artículo de esta semana ¡vaya tostón! Después de esto no querréis leer en vuestras vidas. ¡Nah! estoy de broma. ¡Seguro que os animáis a cumplir este propósito! Recordad: “LEER ES CULTURA” ¡UN PAÍS QUE LEE ES UN PAÍS CULTO!
Contadme qué libros vais a leer, qué habéis elegido. ¡Será divertido intercambiar opiniones!
Abrazo de gol!
Responsable: Francisco Barrera Cortes (servidor)
Finalidad: enviarte mis nuevos contenidos, newsletters y lo que vea que puede interesarte relacionado con mi web https://www.elchicoturquesa.com
Legitimación: que estás de acuerdo, vaya.
Destinatarios: los datos que me facilites estarán ubicados en los servidores de Mailchimp que es una plataforma de automatización de marketing que me ayuda con mis campañas de correo electrónico. Mailchimp se encarga de la administración de listas de suscriptores, análisis de datos y diseño de campañas.
Derechos: acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos se explica en la política de privacidad que puedes consultar en https://elchicoturquesa.com/politica-de-privacidad/
Hola primo, muy buena segunda parte. Al ingenioso hidalgo lo tengo aún en su envoltura, pero después de tu reseña creo que será con él que comenzaré mi semana. Los libros relacionados con la dictadura no es un tema que me despierte mucha curiosidad, pero creo que son libros que todo chileno debería leer (quien no conoce su historia está destinado a cometer los mismos errores), así que después de Don quijote haré de tripas corazón y leeré los zarpazos del puma. Nos leemos luego. !Abrazo de gol!
«Dígame vuestra merced si es menester, que su dolor sea mi dolor no le veo razón de ser. Digo que a mi parecer siendo yo tu amo y señor mi dolor es tu dolor aunque al revés no es menester». Letra de Caballero Sancho Panza – Zenit.
Hola Juan Carlos!
me he ido directamente a la letra del final que me has dejado. ¿Quién es? Es un rapero chileno? es curioso,, un rapero que escribe letras inspirado en El Quijote de la Mancha. Muy curioso!
Cómo le conociste? me refiero a sus letras. La base de la canción también está trabajada, es como medieval.
Si te animas con el Quijote fíjate en la gran variedad de personajes que describe, son un montón y ninguno se parece entre sí. Hay que ser muy bueno escribiendo para ser capaz de dibujar a cada uno sin que se parezca a otro.
Un abrazo de gol!