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PROPÓSITO #4: DEJAR DE QUEJARSE

5 marzo, 2018 escrito por el chico turquesa Dejar un comentario

oy, hace exactamente 1 año murió Pablo Ráez. Para quienes no sepáis quien es Pablo fue el impulsor en España para la donación de médula. Pablo tenía solo 20 años pero nos dejó un mensaje que aún recuerdo: “Siempre fuertes, siempre” que incluso Dani Rovira repitió en la Ceremonia de los Goya de 2017.

Si quieres oír este post mientras corres, en el metro o en el autobús,  puedes hacerlo aquí.

La muerte no es triste, lo triste es que la gente no sepa vivir y reconocerla.

El día que murió para muchos fue un día triste porque moría un guerrero y un luchador. Para otros quizá, fue un día de cambio porque decidieron hacerse donantes. Pablo movió a la gente, nos movió a todos con su cuerpecito escuchimizao, nos movió con tanta fuerza que aún sentimos ese poder que ejerció sobre nosotros.

Me gusta ser honesto, yo no he donado aún médula, pero encontré la manera de ayudar de otro modo, porque da igual cómo ayudas, lo importante es ayudar. Yo me decidí a aportar un granito a la lucha contra el cáncer haciéndome socio de la Asociación Española contra el Cáncer EACC y apuntándome a cuanta carrera solidaría cuyo beneficio vaya a la investigación (en Madrid hay muchas, incluso lo recaudado en la Carrera de los Papá Noel va para los niños con cáncer). Lo importante es ayudar, porque estamos jodidos, porque tenemos en el Gobierno a muchos representantes como la Cospedal, entre otros muchos, que se han dedicado a recortar en Sanidad pública, sueldos y ayudas, pero que no han escatimado en gastos para comprarse un Jaguar, bragas de Victoria’s Secret y joyitas, para luego hacerse las boludas como la Infanta Cristina que se piró a Suiza para que la clase media española – y sus periodistas – dejen de molestarla y pueda volver a salir en el Hola!

Esta es la introducción del post de hoy. En dos párrafos tenéis un ejemplo de actitud positiva, de lucha y de esperanza y otro ejemplo de actitud negativa y quejumbrosa. ¿Con cuál de los dos os quedáis?

En España la gente se queja por todo, es un deporte nacional institucionalizado: se queja – a veces con razón – si las cosas van mal y se queja si van bien por si así puede rascar algo más. Pero, ¿quejarse es bueno o malo? Pues es bueno y es sano porque es el único modo de  cuando las cosas no están bien. Entonces, ¿por qué os estáis quedando con la sensación de que estoy siendo irónico y os estoy diciendo tramposamente que es malo. No. No os equivoquéis. Pienso que quejarse es bueno. Lo que es malo es quejarse sin hacer nada para cambiar. ¿Cuándo os quejáis os oís a vosotros mismos? ¿Os oís cuando habláis? Conozco personas que se quejan por todo: tienen buenos trabajos, vacaciones pagadas, una pareja que les quiere y vidas que, para mucha parte de la población mundial, podrían catalogarse como privilegiadas. Toda esa  gente debería aprovechar sus vacaciones e ir a darse una vuelta por algún país subdesarrollado y ver lo que sucede allí  (o a USA donde después de haber elegido a Trump han quedado a la altura de Guinea Ecuatorial) y ahora que digo USA, seguro que sabéis que allí la sanidad no es gratuita – de hecho si tienes la desgracia de caer enfermo y no tienes seguro médico, pues te dan por culo te buscas la ruina. En USA la gente cuando enferma lo hace de verdad – por la “cuenta” que les trae – no hay sitio para los hipocondríacos que por cualquier tontuna se dan un voltio por urgencias.

Os voy a dar un ejemplo: tengo un amigo enfermero que trabaja en Urgencias y que cierta vez me contó que un 31 de Diciembre, tipo 6 de la tarde, una parejita de padres primerizos llevaron a su bebé para que le echaran un vistazo como si llevaran el coche a la ITV. Pues resulta que el bebé no tenía nada. Pero nada de nada. Se conoce que tendrían apuntado en la agenda “llevar al peque a urgencias un día de estos a ver qué tal” y, como las urgencias del hospital les pillaba de paso, por pa allá que se fueron. Además eran de esas parejitas que hablan en plan “o sea” y que se hacen selfies pal Instagram con hashtag como #AquiEnaelHospi #BebePupita #PapisPreocupados. ¿Sabéis lo que hizo mi amigo después de comprobar que el peque no tenía nada? Pues dejarlo ingresado toda la noche en observación. ¿Y sabéis la reacción de los papitos? Pues se pusieron en plan “Oh, pero es que teníamos planes, que hoy es noche vieja, que ya hemos comprado las uvas y el cava, que tenemos amigos que se pasarán por casa, que si os importa le dais el alta a bebé que lo mismo no tiene nada, y que si quieres arroz Catalina”. “¡Pues a tomar por culo!”, les dijo mi amigo, “vuestro peque no tiene nada, nunca ha tenido nada, que el niño está más fuerte que el vinagre y os habéis venido aquí a gastar recursos porque os dio la gana, así que ahora os jodéis”. Ese “A tomar por culo” tiene que haberle sentado a gloria. Y es que la gente cuando quiere ser tonta, y se esfuerza mucho mucho, acaba consiguiéndolo.

En todos los años que llevo viviendo en España (entre  Cádiz, Málaga y Madrid) he tenido que oír de todo tipo de quejas, algunas merecedoras de un oro olímpico:

  1. “Yo es que NO trabajo de camarero, ¡qué trabajen los panchitos!” (Año 2008, plena burbuja inmobiliaria  en la cual había gañanes que se sentían superiores intelectualmente y consideraban el sector servicios como un trabajo de 2ª categoría)
  1. “Yo es que voy a dejar el curro para darme un año sabático, o quizá dos años para estudiar o vivir mi vida” (¿“Vivir tu vida”? ¿Estabas muerto? Y antes ¿qué coño eras? ¿Un Zombie?. Luego de 2 años, obviamente, se habían chupado to el paro y no habían hecho ni el puto huevo)
  1. “Yo es que no trabajo en la aceituna, ni de coña. Cobro más en el paro” (Con dos huevos toreros así de grandes)
  1. “Yo es que sigo viviendo con mis padres porque ¿dónde voy a estar mejor que con ellos y el sueldo to pa mi?” (Un pelotudo al que conocí de copas, que tenía más de 35 y el CI de un ornitorrinco)
  1. “Los panchitos nos quitan los trabajos, hasta los de camarero. El trabajo es pa los españoles” (Año 2012 cuando ya muchos llevaban un tiempo en paro. Ser camarero ya no les parecía taaaan degradante)
  1. “Yo es que trabajar lo considero vender mi tiempo y me siento igual que las prostitutas haciendo cosas que no quiero hacer” (Este me salió antropólogo y todo, aunque entiende el trabajo como la secuencia de tareas que va desde levantarse de la cama hasta el primer café en el curro en el que, a partir de ahí, ya no hace ni el huevo)
  1. “Yo es que no voy a votar, qué coñazo. Y encima en domingo. Yo es que los domingos me quedo en casa de resaca, con la manta y la play” (Estos son los que luego dan el coñazo en Facebook quejándose de la situación política y se ponen en plan batutas a conjugar el verbo HABER: “Hay que cambiar el sistema”, “Habría que hacer las cosas de otra manera”, “Hubo uno que copió no sé qué y no sé cuántos y le dio resultados”. Frases todas mogollón de útiles porque ninguna tiene pronombre personal ninguna empieza con un: “YO voy a encargarme», “YO voy a cambiar esto”, “YO voy a responsabilizarme de esto” o “YO voy a tirar pa adelante esto porque es Mi vida”

No sabéis lo bien que le ha venido el Facebook a los putos vagos del mundo. Antes sabíamos poco de vosotros, pero ahora os tenemos localizados y no nos queda otra que enterarnos de vuestras tontunas (siempre cuando os agreguemos). “Democratización de la holgazanería”, le llaman (es broma, me lo acabo de inventar)

Tabla de contenidos

  • 1 ¿Qué es quejarse?
  • 2 ¿Qué es una queja?
  • 3 Quejarse afecta a la salud.
  • 4 Quejarse es un (mal) hábito
  • 5 ¿Cómo son los quejicas?
  • 6 ¿Cómo dejar de quejarse?
  • 7 Criticar nos hace infelices
  • 8 Hoy es 26 de febrero
    • 8.1 Relacionado

¿Qué es quejarse?

Aquí hay que hacer un pequeño inciso diferenciando entre:

  • Quejarse uno mismo: yo me quejo de algo que no me gusta y que quiero cambiar.
  • Que se quejen los demás: yo estoy todo el día oyendo las quejas de mengano que, además de quejarse con menos gracia que na, acaba taladrándome el cerebro. Porque una cosa es quejarse con gracia y despelotarnos de la  risa todos y otra es quejarse en serio, en plan chungo, envenenando al personal en plan voy a quemarle el cerebelo a toda la jodida empresa.

¿Qué es una queja?

Según la Wikipedia (que en estos tiempos la opinión de la RAE vale menos que la de un concejal de Canarias) quejarse es “expresar con palabras y sonidos la aflicción que se siente por una pena o contrariedad, o por un dolor físico”

O bien es: “expresar con palabras resentimiento, disgusto, desacuerdo o inconformidad”

 

Quejarse afecta a la salud.

Si, y tanto. Quejarse afecta a la salud física, pero también la mental:

  • Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (que te puede petar la patata si estás todo el día gruñendo)
  • Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades mentales (depresión)
  • Afecta a tus relaciones laborales y personales (a nadie le gustan los quejicas y acaba pasando que comienzan a aplicarte la ley del hielo)
  • Afecta a tu ciclo de sueño (duermes menos y lo mismo tienes pesadillas donde ¡Oh, sorpresa! te estás quejando)
  • Fastidia el aprendizaje y la memoria (normal. Si estás todo el día rumiando no tienes tiempo de pensar en otras cosas más productivas)
  • Contamina a quienes te rodean (el veneno ese que supuras es contagioso, cari. Quienes se quejan sin ton ni son no paran hasta que el mensaje llega a todas partes; pero mira tú por donde que, cuando realmente tienen que abrir la boca para cambiar las cosas, se callan como putas – fenómeno conocido como “irse la fuerza por la boca” -. Estas personas suelen comenzar todas sus frases con un: “y pienso decirle a X tal o cual” y al final nunca dicen nada porque se cagan no encuentran el momento propicio para decir las cosas)

Quejarse es un (mal) hábito

Si te vas a quejar al menos que sea porque es la antítesis a la Acción. Dime que ya tienes un plan y que luego de quejarte vas a tomas las riendas. Date una oportunidad.

 Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo. No lo pienso hacer nunca. (Stephen Hawkins)

¿Cómo son los quejicas?

  1. Negativizan todo: todo está mal, todo es una castaña pilonga, mi jefe es Alice in Wonderland que vive en los mundos de Bilz&Pap y cuando baja a la tierra suelta una parida y se vuelve a subir. Lo malo de esta clase de quejicas es que no aportan una solución a lo que está mal. Solo saben decir “caca, pedo, culo, pis” y con eso ya piensan que el problema está resuelto. Es que aportar soluciones les da pereza.
  2. Nunca están contentos: como pa estarlo. Esta clase de quejicas no suele ser la alegría de la huerta.
  3. No buscan soluciones: ¿habéis visto algún quejica ser el autor de algún invento? He dicho quejica, no inconformista que no es lo mismo.
  4. Son criticones y cotillas: pa eso sí que son productivos. Si midieran el tiempo que gastan en quejarse a fin de año tendrían una bolsa de horas que lo flipas.
  5. Tienen el esfínter siempre a punto. Sin comentarios.

Una queja es como un pedo: cuando alguien se queja con mala leche, deja en el ambiente peste a mal rollito.

¿Cómo dejar de quejarse?

  • Reconoce que te quejas mucho (si eres de los que le gusta quejarse): Lo repito, quejarse no es malo, no hacer nada para cambiar las cosas sí que lo es. Sé que las comparaciones son odiosas, pero hay gente en el mundo que vive con 1€ al día y, aunque no te lo creas, son felices. ¿entonces qué nos está sucediendo como sociedad? ¿por qué nos quejamos por cualquier mierda razón si tenemos cosas que muchos ni siquiera sueñan con tener.
  • Valora lo que tienes. ¿consideras que te mereces más?, entonces ¿estás trabajando para conseguir un cambio? o ¿piensas que te va a caer del cielo cuál Infanta Cristina?
  • Promueve la aceptación. Acepta lo que tienes, chato. Si no consigues lo que quieres, tendrás que querer lo que consigas.
  • Fomenta una actitud positiva: tus compañeros de trabajo y familia te lo agradecerán. Hay mucha gente coñazo en el mundo, no seas tú otro más que ya hay (somos) muchos.
  • Aprender a adaptarse: es intrínseco al ser humano, al menos aquel que existía antes de la era de la digitalización, que se adaptaba a entornos cambiantes, ahora no estoy tan seguro (¿habéis visto los verdaderos ataques de epilepsia que le entran a los chavales cuando pierden de vista el móvil o la Tablet?)
  • Ignora la fuente (si es otro quién se queja por todo). Sé que la gente tiene días malos, pero ¡350 malos (y a veces más) es mucho!
  • Cambia tu perspectiva, intenta ver el lado bueno de las cosas. No es fácil, pero si en vez de quejarnos tirásemos del sentido del humor le daríamos meneo al cerebro y al ingenio.
  • Sé profesional. No se puede estar todo el día con careto. Hay malas caras que ya no se llevan. Si las cosas no te gustan no pueden solucionarse llegando un día al trabajo con una recortadora. Los cosas no se solucionan con una matanza como cuando estabas en el Insti. No, Juan de Dios, no.
  • Medita: en otro post hablaré de esto que parece una mamarrachez locura, pero realmente viene muy bien meditar. Te ayuda a dejar la mente en blanco, a mejorar tu concentración y a conocerte mejor.

Criticar nos hace infelices

No sé qué más os puedo decir (o decirme a mí mismo), pero me gustaría finalizar citando el ejemplo de Jack Ma (el fundador de Alí Babá)

Miradle: el tío es un craco. Diréis que soy un tío simple riéndose del chino porque es feo. Pero no nos engañemos, os juro por mis muertos a caballo que en las entrevistas de trabajo todos entramos por la vista, incluso hay estadísticas que dicen que la gente menos agraciada le cuesta más encontrar un puesto de trabajo. Es un hecho. Pues bien, fijaros en el chino: es más feo que un pie, pero eso no le detuvo porque cuando nadie creyó en él no le quedó otra más que creer en sí mismo. ¿Qué más te hace falta?

Ah! “Talk is cheap” (hablar  es barato y quejarse también ) como dijo Keith Richards (No, no lo dijo uno de Marketing ni un comercial que les gusta más una frase en inglés que a un tonto una gorra a cuadros)

 

Hoy es 26 de febrero

y se cumple 1 año desde que murió Pablo Ráez. Pablo tenía leucemia y  estando en su situación, en vez de quejarse, decidió actuar para no sólo cambiar su situación, si no la de muchos otros afectados que esperaban por un trasplante. ¿No es acaso eso un buen ejemplo de vida? ¿Seguís pensando en lo desafortunados que sois?

Siempre fuertes, siempre (Pablo Ráez)

Yo me cansé de oír cómo me quejo. Me cansé de no hacer nada por cambiar las cosas. Me cansé de verme como un quejica más de los millones que pueblan el país. Ya son muchos y sus quejas son todas iguales, son estándar ¿qué hay que aporte valor en una queja si sólo se va a quedar en eso?

Decir “Siempre fuertes, siempre” me parece más productivo. ¿Vosotros qué opináis? ¿Os quejáis mucho? Seguramente a partir de hoy os quejaréis menos, si es el caso.

Un abrazo

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Acerca de chico turquesa

Me llamo Fran Barrera, soy chileno y vivo en Madrid aunque también he vivido en Málaga, New York y Antofagasta. Por si tenéis alguna duda: tengo papeles. Me gustan los idiomas (estoy aprendiendo chino), el running, viajar, decir "¡Ay la virgen, qué pelotudo! y he venido a divertirme al Hormiguero.

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