Hoy en el Chico Turquesa vamos a hablar de un propósito muy importante y que; sin embargo, olvidamos: dejar de hacer horas extras gratis.
Así que nada, con esta introducción os pongo en situación de este nuevo propósito para que dejéis de ser el tonto del pueblo … ¡ah! y no se vale decir: “nadie te obliga a hacerlas” porque cuando vienen y te dicen que tal o cual vaina es para ayer, como que queda poca escapatoria. ¿A que si?
Ok, ya ha quedado establecido que esas horas que has echado de más no te las pagan (no porque no quieran, sino que porque como te han dicho que no es “obligatorio” hacerlas, no se siente en la necesidad de pagártelas. ¡Qué monos!)
Entonces: ¿Por qué las haces? Te dejo la inquietud y espero que al final me digáis: «¿sabes?, me has hecho reflexionar» (sin ironías)
Tabla de contenidos
¿Qué haces en el curro?
Mientras reflexionas te dejo otra pregunta: ¿Te encasquetan marrones de otros y al final de la jornada no has hecho lo tuyo? Eso es que no sabes decir que «no»¿Y con lo tuyo te ayuda alguien? ¿No? Pos nada. Si sigues así, algún día, acabarás siendo el rancio de la oficina, tu jefe te pedirá algo y ya ni disimularás la cara de que te huele todo a cuerno quemado, e irás por los pasillos refunfuñando en arameo. Vaya, que te van a pinchar y no te va a salir ni sangre.
Soy un escurre bultos
Hablemos de un caso aleatorio -que lo mismo no se corresponde con la realidad-: imaginemos que sabes que las horas extras no se pagan, pero te entra esa tontería en el cuerpo de querer hacer más, avanzar, avanzar, sacar temas para que al día siguiente estén resueltos y descubres que no vale pa ná. ¿Lo has pensado alguna vez? Si a fin de cuentas al día siguiente tendrás más mierda trabajo. ¿Y el resto? Pues seguro que tienes la impresión de que hay personal, que son verdaderos agentes del infierno, que se dedican a liar la marrana para que, lo que hayas intentado solucionar, no valga ni pa hacer un caldo. A estos hijos de hiena puedes imaginarles sentados mano sobre mano, jugando con los pulgares, urdiendo un plan pa estorbar.
Soy una plañidera
Vale, de acuerdo, puede que te quedes más tiempo por propia voluntad, pero tranquilo que eso se va a acabar el día que te des cuenta que hay otros agentes – a los que llamaremos cariñosamente «plañideras del infierno» (personajes que van por la vida quejándose y llorisqueando en plan: «ay, ay, ay cuánto trabajo tengo, ohhh, madre mía, ay la virgen, cuánto trabajo, mmm, ohhh, ahhh, que stress que tengo”). Pues las plañideras se van a su puta hora sin complejos. Mientras leéis esto os podéis poner «La lloradora» de La Lupe. ¡Verás qué risas!
Soy un Picapiedra
Honestamente, a esos que se van a su hora hacen un “Pedro Picapiedra” (y muy bien que hacen que pa eso están los convenios). Estos están en sus marcas, listos, ya pa fichar y no decir ni adiós.
¿Cómo le ponemos al niño?
Pues dejadme que os haga unas preguntas antes como para resolver este tema:
PREGUNTA 1: ¿En tu trabajo las horas extras son remuneradas?
RESPUESTAS:
¿Sí? porque si te las pagan – y te las pagan tan bien que vale la pena descuidar familia, amigos y descanso -, pos entonces me callo la boca.
¿No? Entonces ¿qué coño haces, hijo mio?
PREGUNTA 2: ¿La empresa te lo agradece?
RESPUESTAS:
¿No? ¡Pues a tomar por saco la patineta!. Levántate de tu sitio a tu hora, deja que se te caiga el boli, y que se prenda fuego todo el trabajo pendiente que al día siguiente allí va a estar esperándote.
¿Sí? Pos vaya, ¡qué suerte tienes! ¿Y cómo lo hace? ¿te da días de vacaciones a cambio? ¿te da dinero? ¿ese dinero compensa el tiempo de tu vida que le estás entregando? ¿Te dan palmaditas en la espalda?… venga, ¿de verdad?
PREGUNTA 3: Si tu empresa no te lo reconoce, ¿tu jefe lo hace? (pero de verdad, no con la boca pequeña como si estuviera susurrando una nana)
RESPUESTAS:
¿No? ¡Pues a tomar por saco la patineta de nuevo! Si es incapaz de reconocer el esfuerzo que hace su personal, ¡hasta luego Lucas! El reconocimiento a veces es más básico que una pequeña subida de sueldo. Si es incapaz de darse cuenta que su equipo está reventado como un sapo, entonces ¿qué clase de jefe es? Esto es básico, es de primer año de Liderazgo no te digo más.
¿Sí? cuanto te lo agradece ¿le da un vahído o algo? Es que en pleno año 2018 aún hay gente que piensa que «dar las gracias» cuesta una pasta gansa.
¿Y si me lo piden qué digo?
Si os piden hacer horas extras no remuneradas haced lo siguiente:
- Pregunta: «majo, ¿te harías unas horitas de más hoy? pero que sepas que no son remuneradas que está la cosa mu achuchá…»
Responde: «¿Qué clase de pregunta es esa?» Luego pon cara de merluza del Mercadona, te levantas lentamente de tu sitio, dices: “hasta mañana los pastores” y te vais a tu puta casa con el alma en paz…
- Pregunta: «majo, ¿te harías unas horitas en finde? pero que sepas que no son remuneradas que está la cosa mu mal, mu mal» (son by the face, vaya)
Responde: Pos no, ¡adiós cancerbero del infierno!
Aprende a decir que NO
Pero NO con mayúsculas. Aprende a disfrutar del momento, pero más importante aún: después de decir NO, no des ninguna explicación. Pruébalo a ver qué pasa (este es un cuqui consejo de Sergio Fernández del Instituto de Pensamiento Positivo). No te excuses, no eres culpable de tener una vida fuera del trabajo. Si tienes que ir a por los críos al cole no digas: “tengo que ir a por los críos” (¡qué coño le importa a tu jefe lo que tengas que hacer!) o “tengo que ir al médico” (lo mismo de antes, ¡qué coño le importa a él lo que tengas que hacer) Si tu jefe te pone mala cara porque le has dicho que no vas a hacer horas extras, pregúntate: ¿Esto qué es? ¿El cuento de la criada?
Examen de conciencia
Por otro lado, si las horas extras te las pagan: ¿te quedas a tocarte el papo o a sacar temas como un campeón? No es lo mismo quedarte con la vista pegada a la pantalla como un subnormal, que resolviendo brownies. Más tiempo no significa más productividad.
¿Te gusta hacer horas extras?
Porque si te apasiona hacer horas extras no es un problema. No es lo mismo un trabajo coñazo, rodeado de jefes cuquis que sólo quieren encasquetarte mierdas marroncetes (todas pollas pa tu culo porque siempre cabe más), a tener un trabajo donde te gusta estar, que te apasiona y donde eres libre para crear y desarrollarte (sospecho que estos trabajos no abundan). Si es así te felicito porque seguramente no te importe trabajar sin que te paguen esas horitas de más.
Este post ha sido bastante escueto porque quiero dejar abierto el debate a ver qué opinas tú.
Ahora pregúntate mirándote al espejo y en idioma balleno: ¿por qué hago horas extras si encima no me las pagan? A ver a qué conclusiones llegas. Seguro que sacas ideas para un peliculón de terror de esos de James Wan.
Nos vemos en el próximo post donde hablaremos de otras vainas cuquis de esas que te hacen pensar en qué coño estás haciendo con tu vida.
Enga! A hacer horas extras! ¡Slashhhhhh! (Sonido de látigo de fondo)
¿Te ha gustado este post? ¡Pues suscríbete!. Con cada nuevo suscriptor mi perrito Dexter se gana una galleta o una chichita rica. ¡Dadle una razón para que mueva el rabito de felicidad!
Responsable: Francisco Barrera Cortes (servidor)
Finalidad: enviarte mis nuevos contenidos, newsletters y lo que vea que puede interesarte relacionado con mi web https://www.elchicoturquesa.com
Legitimación: que estás de acuerdo, vaya.
Destinatarios: los datos que me facilites estarán ubicados en los servidores de Mailchimp que es una plataforma de automatización de marketing que me ayuda con mis campañas de correo electrónico. Mailchimp se encarga de la administración de listas de suscriptores, análisis de datos y diseño de campañas.
Derechos: acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos se explica en la política de privacidad que puedes consultar en https://elchicoturquesa.com/politica-de-privacidad/
Deja una respuesta