Hoy es Noche Vieja (Año Nuevo en Chile) y me gustaría hacer recapitulación del Año. Sí, sí, otro bloguero pesado con su balance de año, que os quiere contar todas las vainas que hizo en 2018 y que os quedéis con la sensación de que soy más repelente que el resto de los blogger que dictan cátedra por instagram.
Todo comenzó el 15/12 de 2017 (sí, el 2017) en que decidí apuntarme al curso de blogging de ÁNGEL ALEGRE (idea2blog). Gracias a este curso me lancé a conquistar un propósito durante años perseguido: Tener el hábito de escribir y de hacerlo bien (aunque a veces me flipe y se me vaya la pelota al patio de atrás), pero más importante que eso fue TENER UN BLOG que me guste a mí. Ya habrá tiempo de gustar a otros.
A mí siempre me ha gustado Madrid; es más, amo esta ciudad porque cierta vez leí que es una ciudad sagitario (como yo). Sagitario porque te da o te lo quita todo. En la puerta del Sol tienes el corazón de Madrid y, aunque este párrafo no tenga sentido, me entenderéis cuando os diga que cumplí un gran propósito al venirme a vivir a Madrid desde Málaga (aunque a veces piense cómo puedo sobrevivir sin tener la playa cerca)
Cuento corto: esta entrada es para hacer balance de lo bueno y malo. El 2018, como el año que fue, realmente fue un año muy bueno con nosotros. Recapitulemos, Cathy Mary.
En febrero celebramos el AÑO DEL PERRO, según el calendario chino, así que no habíamos pasado noche vieja y otra vez el champán y las uvas y el alquitrán de alfombra están.
En marzo, específicamente el día 03 (el día del cumpleaños de mi abuelo, el viejo más guapo del mundo, del cual no heredé sus putos ojos azules de Paul Newman), lancé el blog de EL CHICO TURQUESA. Ese día lo elegí porque no quería olvidar de dónde vengo.
Para celebrarlo no hubieron petardos que borran sonidos de ayer, sino más bien un discreto regalo a los que se suscribieran. A todos regalé mi libro “Cuentos para Gustavo Cerati” en pdf. De hecho si os SUSCRIBÍS aún podéis llevaros una copia gratis, que trabajito me costó escribirlo. ¿Por qué gratis? Pues principalmente porque me sale de ahí, porque sentía que algo debía regalar en señal de agradecimiento.
Uno de mis primeros post fue DEJAR SE QUEJARSE, para mí mi favorito, porque con él quería acalorar el ánimo, aunque luego nadie me leyera. Creo importante coger el ejemplo de Pablo Ráez – un guerrero – que nunca dejó de luchar contra la enfermedad. Y mira tú por dónde tú quejándote del jefe tontaco que te ha tocado en el sorteo del niño, de la depravada del 5º que se pasea en tacones por la noche o del tráfico en Madrid, que un día te llevas la katana y lías una masacre de instituto americano. Hay que relativizar, pero tampoco hay que aceptar que ya pasó uno más aguantando tonterías, que tenemos una edad.
Para los que sintáis ganas de katana en la M-40, os diría que fuerais al psiquiatra a que os mande de cabeza al manicomio a depilaros las cejas, pero yo tampoco soy nadie. (PD: es más efectivo el lanzallamas o el Jericó que en Amazon está a un precio módico en oferta, queridos)
En HACER UN VÍDEO DE FELICITACIÓN ORIGINAL os mostré una de mis pasiones: meterle viajes a los paquetes de pistachos hacer vídeos de nuestros viajes y nuestras vainas. Porque no hay nada más reconfortante que echar la vista atrás y ver qué has dejado registro de tu paso por la tierra, mostrar al mundo la gente a la que amas y a los amigos que elegiste como familia. Y al final, cuando el reloj de antaño, como de año en año, muestre que has tenido una buena vida, no podrás evitar suspirar y sonreír como el primer Neanderthal que contempló su primer atardecer (¿habéis visto? ¡soy un poeta!)
¡Uy! y ahora que digo video… ¿Habéis visto ya el pedazo de VIDEO NAVIDEÑO que hemos hecho?
En APRENDER UN NUEVO IDIOMA os sumergí en el mandarín (porque el cabrón no podía meterse a estudiar portugués, italiano o alguna lengua grandilocuente de esas que aprendes en 5 minutos más como el catalán que lo hablan como 500 millones de personas. No. El cabrón tenía que meterse a estudiar chino mandarín). ¿Qué os puedo decir? siempre he sido suicida. En Chile podría haber estudiado alguna tontería como educación de párvulos y haber cursado asignaturas como Ronda 1, Confección de juguetes para gatos, Ronda 2 (aún más difícil: la venganza) o Cómo torturar a los padres pidiéndoles que hagan un disfraz de estrella de mar para el crío. No. ¡Yo tenía que estudiar Ingeniería Civil! Ahí, ahí, la vaina más puñetera. Ocho años lidiando con profesores energúmenos que los días que había examen solo sabían decir: “cinco minutos más para la cuenta atrás”. Hijos de la gran puta todos, pero con respeto y cariño.
En EMPEZAR A CORRER descubrimos los beneficios de correr, pero bien, no correr pa lesionarse a la primera. No. Correr tu primera carrera de 10k y sentir que lo has logrado aunque luego devuelvas el desayuno de ayer. Sentir en el cuerpo ese cinco minutos antes de la cuenta atrás, el rugido de la gente, la euforia y el subidón que es correr con 30.000 personas más, sentir la euforia como en un concierto de Los Rolling Stones.
También nos pusimos como propósitos: APRENDER A DIBUJAR, ESCRIBIR UNA NOVELA, HACERSE VOLUNTARIO DE LA AECC, APRENDER A COCER o APRENDER A HACER JABONES, nos leímos un libro entero EXPEDICIÓN CABO NORTE de Anina Anyway y nos hicimos una foto con Guille Milky Way, día que casi coincidió con el lanzamiento del vídeo que me hizo Dejotas para la canción “EL MOMENTO” de La Casa Azul. Porque era el momento de tener otra vida, morfogénesis mental.
En SALIR DEL ARMARIO, mi objetivo principal no era contaros que me he pasado por la piedra a marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y alguno que otro cura despistao. No. El objetivo de este post era mostrar si valía la pena salir o no del armario. Pero es que si lo pensáis es una putada, porque es extraño vivir pensando si contar o no a tu entorno que eres homosexual porque un heterosexual ni siquiera se lo plantea, ni lo ve necesario. Muchos diréis que me he puesto drama queen, que por qué no hay un orgullo heterosexual y esas tontunas de pueblo franquista que, cada vez que las oigo, toca explicar por milésima vez que la heterosexualidad no está penada con pena de muerte, tonto de los cojones (pero con cariño fraternal)
Quizá tú te estés planteando salir del armario, pero quizá eres de perfil discreto, de los que no destacan porque crees que no mereces vivir tu vida como te salga del rabo, que prefieras “disfrazarlo de amistad cuando sales a pasear por la ciudad”, y es respetable, pero yo no. Yo prefiero el ruido, reírme de sus ridículos argumentos, dejar claro que merezco el mismo respeto. Yo soy más de echar abajo paredes echas de las piedras que me arrojen. Pero claro: esto es solo una opinión personal. Si tu opinas que “aquello” no está bien, pues perfecto. A seguir viviendo en el miedo que se está muy calentito allí.
Entre gritos y pitos ya llevamos más de 1000 palabras y eso es bien porque quiere decir 2 cosas: que has cumplido el propósito de LEER MÁS y que eres MULTITASKING porque ya te habrás dado cuenta que este post incluye la letra oculta de UN AÑO MÁS de Mecano y la estaréis oyendo de fondo (eso espero, aunque yo con el último párrafo me he ido de cabeza a MUJER CONTRA MUJER). A mí esta canción – UN AÑO MÁS – me emociona; seguramente a vosotros los españolitos os de igual o ya estéis harto de oírla. Pero a mí me emociona porque recuerdo un propósito que cumplí la noche vieja del 2005: TOMAR LAS UVAS EN LA PUERTA DEL SOL. Además vino mi amiga Ana de El Mimbre de Málaga, su novio David, mi hermana Suhan y, con David y unos amigos, lo celebramos por las calles. Acabamos de manera castiza: de madrugada en el café Central, hoy cerrado, de la Glorieta de Bilbao.
¿A qué sería guay que, como sociedad, fuésemos MENOS INTOLERANTES? Que enormes, bajitos hiciéramos por una vez algo a la vez. Que dejásemos rencillas y mierdas a un lado, que diéramos una oportunidad al entendimiento, que fuésemos menos estúpidos, que entendiéramos lo importante que es REÍRSE DE SI MISMO, y que pasásemos más tiempo de valor con nuestra gente. Será un bonito propósito, intentarlo, hacer lo que podamos. Intentarlo porque al menos habremos tenido las ganas de cambiar.
Pero llegará la noche del 31 de diciembre del 2019 y volveremos a proponernos lo de siempre: DEJAR DE FUMAR, HACER MENOS HORAS EXTRAS, APRENDER INGLÉS o TENER UN PERRO. Y aunque sean propósitos que siempre nos ponemos y nunca cumplimos, no estará mal, porque al menos estamos vivos, hacemos planes, los modificamos, nos los pasamos por el arco del triunfo, insistimos, lo dejamos, amamos y olvidamos. Y seguirá estando bien porque somos humanos, porque nos contradecimos, la fastidiamos y – de vez en cuando – pedimos perdón -. Y en eso radica la belleza del ser humano: que somos imperfectos.
Y volveremos a vivir más noches viejas, y en el reloj de antaño, como de año en año volveremos a hacer la cuenta cinco minutos más para la cuenta atrás. Volveremos a hacer el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás.

En la puerta del sol…
En TOMAR VACACIONES, por ahí por Julio, nos propusimos descansar, bajar las revoluciones de 2 nuevos posts a solo 1. Recuerdo que escribí sobre varios propósitos que alcanzar en veranito, pero mi intención en el fondo era que valoraseis los veranos de épocas pasadas, de cuando llegaban las vacaciones de niño, o de cuando éramos chavales y nos juntábamos con 4 colegas para irnos a la playa a partirnos de la risa, a competir quien ligaba esa noche en el bar, quien se cogía el pedo más olímpico, o quien se gastaba antes la pasta en copas.
Con los años estas vacaciones se van volviendo recuerdos, los amigos se nos van cayendo por el camino o dejándonos caer ellos a nosotros. Lo que siempre hay que pensar es que aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están echaremos de menos.
¡Ah, me olvidaba! En septiembre nos destapamos y decidimos POSAR DESNUDO, que es un propósito de esos rarunos, y que al final acabó para mí en la Exposición NAKED de Tiberiu Capudean en la Cineteca del Matadero. A ver si espabilamos los que estamos vivos, vencemos nuestros miedos, aprendemos a SER FELICES (CON POCO) y en el año que viene nos reímos.
Yo a veces echo de menos a mi gente que se fue, a los amigos que perdí por la distancia, los que el VIH me quitó, los familiares que perdí de repente como a mi tío Rigo que, por muy jodido que estuviera, sonreía y me decía “panchito, vámonos a la Hacienda a tomar algo” y que silbaba como los pajaritos cuando te llamaba a la distancia. A veces cuando voy con Dexter por el parque oigo a los pájaros que silban igual que él y creo que me llama para ir a la Hacienda a tomar algo. En general echo de menos a mi familia y me niego a pensar que la noche vieja del 2000 fue la última, que habrán más en las que volvamos a estar todos juntos.
¡Pero basta de nostalgias y de vainas locas! ¡Vamos a hacer planes!
En el próximo año nos propondremos nuevos propósitos como TENER PAPELES, porque, aunque no lo creáis, yo también pasé por eso. Porque estoy orgulloso de haber sido inmigrante porque toda mi familia lo fue. Porque a todos los idiotas que me miraban con asquito por no tener papeles me gustaría verles meter su vida en una maleta y marchar al extranjero a buscarse la vida. A ver de qué tamaño tienen los huevos toreros.
SER INMIGRANTE es un gran orgullo para mí, aunque te reciban con gas lacrimógeno en la frontera de USA o con pelotas de goma en alguna playa de Andalucía. Porque los que dicen que ya no hay más espacio para todos deberían recibir la misma respuesta cuando os vais a USA o a UK a buscar trabajo. A ver si creéis que la gente que deja su país lo hace por diversión. A ver qué tal os va a vosotros si algún día os animáis. Porque no hay nada más miserable que, desde una posición de comodidad, criticar a un grupo desfavorecido.
También puede que nos propongamos APRENDER A BAILAR para que el 1, 2, 3 y 4 y empieza otra vez no nos pille desprevenidos. Este propósito me lo apunto para mí.
O COMPARTIR PISO con colegas con los que pelearse a ver quién ha entendido aquello que la quinta es la una y la sexta es la dos.
O DEJAR DE COMPARTIR PISO porque habéis acabado hasta los huevos de la gente y que al final nos demos cuenta que el siete es tres, y que nunca os falte con quien discutir sobre cómo comerse las uvas, sobre el vestido de la Pedroche o si sacáis el karaoke para poneros a desafinar.
O HACERSE UN TATUAJE (personalmente no me tatuaría ni el orto si el resultado va a ser algo tan horrible como los tatuajes de Paquirrin, pero yo lo voy pensando como propósito y os voy contando ya si eso por ahí por marzo de 2019.
O decimos adiós a un TRABAJO QUE NO NOS LLENA y pedimos a Dios que nos cojan en otro que nos apasione.
O que en el año que viene nos propongamos HACER EL CAMINO DE SANTIAGO, VIAJAR MÁS o simplemente VOLVERNOS A ENAMORAR, que ya de por sí es un gran viaje.
O HACERNOS DONANTES DE ÓRGANOS, y a ver si en vez de un millón pueden ser dos millones de corazones los que recuperen la ilusión de una nueva vida gracias a una donación anónima. Porque la felicidad debería medirse en momentos felices, no en el dinero y el trabajo que nos costó conseguirlo. Monetizamos demasiado los momento, la madre que nos parió.
Y bien: ¿quién de vosotros ya sabe qué propósitos va a cumplir? Podrías empezar proponiéndoos CELEBRAR NOCHE VIEJA en la Puerta del Sol, como el año que fue. Pensaréis que me he vuelto loco, que no veas qué follón, que la poli te registra, que no te dejan meter botellas, que vaya mierda tanta gente, pero creedme que hay gente que viene desde el extranjero para vivirlo, que no es lo mismo ver a la petarda de turno dar las campanadas en la tele. Seguramente unos pocos me entenderéis. Para ellos va dedicado este post.
Un último parrafo: no olvidéis dar gracias a la vida como cantaba Violeta Parra. Lo olvidamos siempre, nos pasa mucho. Para ser más repelente aún os voy a poner el vídeo de un indio que es couch motivacional, de esos que me dan ganas de echar a volcán ardiendo, pero que a veces viene bien oírles.
Y bien, hasta aquí el último propósito del año. Desearos que paséis todos un feliz 2019, que tengáis la fiesta en paz, que no mandéis a la mierda a vuestro cuñado aunque lo merezca y lo pida a gritos, que lo celebréis bien y lo viváis en familia o entre amigos.
Y esta noche, en vez de decir QUE SE CUMPLAN TODOS TUS DESEOS, digáis QUE SE CUMPLAN TODOS TUS PROPÓSITOS, porque el cambio partirá de vosotros, de nadie más. Que aquí no hay truco ni cartón, que aquí hay que sudar como en Fama.
Así que ¡Feliz año 2019! ¡Que seáis todos muy felices y que otra vez el champán y las uvas y el alquitrán de alfombra están…!
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